jueves, 12 de enero de 2012

Consumo de agua y estrategias de ahorro

Las estrategias que se presentan a continuación para disminuir el consumo de agua, sin perjuicio de que los animales dispongan de ella ad líbitum para obtener una productividad óptima, contribuirán no sólo a un importante descenso de los costes de producción, sino a un desarrollo sostenible de la ganadería.
 Que el agua es un bien común y un recurso limitado todos lo sabemos. Existen campañas de concienciación de ahorro de agua en los hogares llevadas a cabo por ayuntamientos, comunidades autónomas y Gobierno; incluso existe un Día Mundial del Agua (este año fue el 20 de marzo) y una exposición internacional que ha tratado sobre “El agua y el desarrollo sostenible”.


Sin embargo, aunque los ciudadanos estemos concienciados de que es necesario moderar el consumo y la contaminación del agua, también lo es recordar que las necesidades diarias de una persona están entre 2 y 5 litros de agua, mientras que el resto del agua que consumimos es utilizado en otras muchas actividades, entre las que destacan la agricultura y la industria. Es necesario, por lo tanto, que la gestión, el manejo y el aprovechamiento del agua en este tipo de actividades sea el adecuado.
En el caso de la ganadería no se debe olvidar que el agua es el elemento de mayor consumo en las explotaciones y que es imprescindible para la vida del animal. En la ganadería porcina la utilización del agua se debe principalmente a dos causas:
El agua que beben los animales.
La limpieza de las naves.
El agua es un elemento básico para cualquier animal, como lo pueden ser las proteínas, los lípidos, las vitaminas, etc., por lo que el animal debe tenerla a su disposición en cualquier momento que la necesite. El consumo de agua varía en función de la edad, estado fisiológico, temperatura ambiente o composición de la dieta del cerdo; en la tabla 1 se detallan los consumos medios de agua en función del tipo de animal. Su suministro debe ser permanente y suficiente para los animales y se debe comprobar que su calidad sea la correcta. Este punto es de gran importancia, ya que está íntimamente relacionado con diversas patologías porcinas. La contaminación bacteriológica del agua produce la aparición de diarreas, mamitis, metritis y abortos. El agua con pH básicos o ácidos produce cistitis, nefritis, metritis, alteraciones reproductivas y problemas locomotores. Así mismo, los nitratos en el agua producen problemas reproductivos, alteraciones nerviosas, problemas renales y dificultades de crecimiento.

Instalaciones y legislación

Las instalaciones de agua deben ser revisadas periódicamente y la calidad del agua analizada para prevenir enfermedades y disfunciones en los animales. Si queremos ser competitivos en la actual Europa de los 27, el sector porcino español tiene que realizar todos los esfuerzos posibles para aumentar dicha competitividad frente a otros productores de la propia UE, como Polonia, y a terceros competidores como Brasil y EE. UU. Para fortalecer nuestras capacidades es necesario mejorar y optimizar los sistemas de producción y las técnicas de explotación y, entre esas mejoras se encuentra la de las instalaciones relacionadas con la distribución y el consumo del agua. Reducir el consumo de agua es un ejercicio simple, sencillo y no excesivamente caro. En contrapartida, los beneficios van a ser mayores que el esfuerzo invertido en su control.


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